Lia Rodrigues 'Encantado'
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“Es una mezcla entre El Bosco y Balenciaga”, divagaba una crítica de danza holandesa, en su intento por definir Encantado, coreografía más allá de la danza, que supone una experiencia que existe para verla y vivirla. Nadie, en realidad, puede contar con verdadera precisión todo lo que ocurre durante este extraño pero fascinante ritual, a medio camino entre lo sagrado y lo pagano, lo obsceno y lo exquisito, que hoy nos devuelve al escenario del Centro de Cultura Contemporánea Condeduque a la creadora brasilera Lia Rodrigues (Sao Paulo, 1956) y su compañía de danza del Maré, una de las favelas más grandes y peligrosas de Río de Janeiro, quienes ya bailaron aquí la inclasificable Furia la temporada pasada.
Aunque muy diferentes, coinciden ambos trabajos en expresarse desde una estética ya perfectamente reconocible hecha a partir de objetos baratos y cotidianos, y unos modos escénicos que arman su dramaturgia a través de una narrativa en la que, en el caso de Encantado, once hábiles intérpretes hacen aparecer y desaparecer, como si fuera un encantamiento, figuras, imágenes y composiciones evocadoras de realidades del Brasil de los contrastes.
Lo que al inicio nos parece una alfombra de vivos colores perfectamente enmarcada en el escenario se nos va a desvelar pronto como escenografía y vestuario, el maravilloso deux ex machina de esa economía de recursos ya característica de la creadora brasilera. Con lentitud ceremonial, uno a uno, los bailarines desnudos se van deslizando bajo el aparente tapiz, y lo van habitando y desmembrando en las cientos de sábanas y telas de fulgurantes colores que lo conforman.
Para esta gente, que vive en unas condiciones de continuada emergencia, inventarse la vida cada mañana es prioridad y necesidad. Encantado es una metáfora perfecta de esta situación. Identidad, camuflaje, disfraz, travestismo, metamorfosis, transformación, cambio… muchas son las sensaciones e ideas que van pasando por la cabeza del que observa embobado esta performance extravagante que se nos presenta como una parada, un desfile de moda o quizá una comparsa de carnaval. De esas telas salen trajes y carruajes, insectos gigantes y monstruos feroces, la imaginación no deja de ser estimulada y de manera irremediable, Lia Rodrigues nos mete en un loop alucinante, del que definitivamente no queremos salir.
Fecha
11/09/2024Del jueves 13 de febrero de 2025 al viernes 14 de febrero de 2025
Jueves 13 y viernes 14 de febrero de 2025
Lugar de celebración
- Dirección
- CALLE CONDE DUQUE, 9 (y 11) 28015 MADRID
- Madrid
- España
- Barrio / Distrito
- UNIVERSIDAD / CENTRO
Precio
22 euros
Más allá de los muchos valores artísticos de la propuesta, la de Lia Rodrigues es una danza de la resiliencia, de la persistencia y la perseverancia, una danza que ha nacido bella emergiendo de la precariedad y la urgencia vital de los artistas que la hacen. La coreógrafa admite que nació privilegiada en una sociedad que no ofrece muchos privilegios. Se formó como bailarina en París, donde trabajó con Maguy Marin, precursora de la nouvelle danse francesa, de la que aprendió, sobre todo, el valor inmenso de lo más pequeño. Y en 2004, volvió e instaló su compañía en el Maré, con la convicción de que el arte podía ser una alternativa para estos jóvenes mantenidos fuera de la educación artística por el sistema. En el 2008 fundó la Escola Livre de Danças da Maré, y ha sabido cómo convertir una danza nacida en la favela en un referente europeo, que despierta asombro y fascinación en las audiencias que no pueden resistir caer hipnotizadas y literalmente encantadas con sus propuestas, hoy largamente imitadas pero difícilmente superadas. Y es que Lia Rodrigues, en sí misma, es un encanto.
Esta pieza se engloba dentro de la exposición Este puede ser el lugar. El museo performado.
Organización
Conde Duque