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BOAM nº 9662 (27/06/2024)
Ayuntamiento Pleno

2206

Acuerdos de la sesión (6/2024), ordinaria del Pleno celebrada el día 28 de mayo de 2024.

2. Personal de vuelo de trabajos aéreos

3. Trabajadores ferroviarios

4. Artistas

5. Profesionales taurinos

6. Bomberos al servicio de las administraciones y organismos públicos

7. Miembros del Cuerpo de la Ertzaintza

8. Policías Locales

9. Miembros del Cuerpo de Mossos d'Escuadra

10. Policía foral de Navarra

Adicionalmente, el Gobierno ha iniciado procesos para incluir nuevas profesiones en el catálogo de trabajos de alta peligrosidad que pueden acogerse a las jubilaciones anticipadas.

En este estado de cosas, adviértase que, paradójicamente, profesionales como los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, Fuerzas Armadas, Funcionarios de Prisiones de los Cuerpos de Instituciones Penitenciarias, Servicio de Vigilancia Aduanera y Policía Portuaria, no son reconocidos como profesiones de riesgo. Esto ocurre a pesar de que en el desempeño de sus funciones enfrentan condiciones de penosidad, peligrosidad, toxicidad o insalubridad, y exhiben altos índices de morbilidad y mortalidad.

La Constitución española, en su artículo 104, asigna a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado la misión fundamental de "proteger el libre ejercicio de los derechos y libertades y garantizar la seguridad ciudadana".

FUERZAS Y CUERPOS DE SEGURIDAD DEL ESTADO

Guardia Civil

Tras la conclusión de la Guerra de la Independencia contra Francia, la debilidad institucional del Estado español resultó en un aumento significativo de la inseguridad en los caminos del país. El bandolerismo, fenómeno ya presente desde la época romana y notablemente extendido durante el periodo musulmán, se intensificó considerablemente a partir de 1814. El conflicto bélico fomentó el uso de tácticas de guerrilla, término que nació en este contexto, y al finalizar la guerra, numerosos excombatientes, desertores y delincuentes previamente encarcelados quedaron dispersos por las áreas más inaccesibles de la península. Estos individuos, desajustados a la vida civil, adoptaron el bandolerismo como medio de subsistencia. Este periodo vio la ascensión de personajes que luego serían icónicos en el folklore nacional, como El Tempranillo, Andrés López Muñoz ‘El Barquero de Cantillana', Juan Palomo, y Luis Candelas.

Ante la creciente inseguridad, se planteó la necesidad de establecer un cuerpo policial con alcance nacional que garantizase la seguridad pública. Los reformistas de las Cortes de Cádiz reorganizaron la Milicia Nacional para enfrentar esta amenaza. A pesar de ser disuelta por Fernando VII, la Milicia fue reconstituida en 1820 y rebautizada como "Cuerpo de Voluntarios Realistas".

En ese mismo año, durante el alzamiento de Riego, el teniente general D. Pedro Agustín Girón y de las Casas, primer duque de Ahumada y militar con una orientación liberal, fue nombrado Ministro de la Guerra. En este rol, ideó el proyecto de la Legión de Salvaguardias Nacionales, inspirada en la Gendarmería Nacional francesa, cuya misión sería combatir la criminalidad y facilitar la libre circulación de bienes y personas. Aunque este proyecto no prosperó en las Cortes Generales debido a la inestabilidad política, influiría en la visión del segundo duque de Ahumada para la creación de la Guardia Civil.

La desamortización de Mendizábal en 1836, que implicó la expropiación y venta de propiedades eclesiásticas a pequeños propietarios, provocó una mayor fragmentación de la propiedad rural y, con ello, un incremento en la demanda de seguridad. Ante la supresión de la Milicia Nacional en 1844 por el gobierno de Luis González Bravo, se evidenció más que nunca la necesidad de una entidad policial de carácter nacional que estuviera protegida de las oscilaciones políticas y garantizara el orden público de manera continua.

Conforme a lo establecido por la Ley Orgánica 2/86 de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, se definen las competencias funcionales y territoriales de los diferentes cuerpos de seguridad del Estado.

Por su parte, la Guardia Civil está encargada del control de armas y explosivos; el Resguardo Fiscal del Estado; la vigilancia del tráfico interurbano, excepto en aquellas Comunidades Autónomas que tienen esta competencia; la custodia de vías de comunicación, puertos y aeropuertos; y la protección del medio ambiente.

En el ejercicio de estas funciones, la Guardia Civil mantiene dependencia directa de diversos ministerios y organismos:

- Como Policía Judicial, depende de los Jueces, Tribunales y del Ministerio Fiscal.

- En su función de Resguardo Fiscal, depende del Ministerio de Hacienda.

- Como policía administrativa en funciones de protección de la naturaleza, depende del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, y en materia de tráfico y seguridad vial, del Organismo Autónomo de la Dirección General de Tráfico.

En general, la Guardia Civil se encarga de hacer cumplir todas las leyes y reglamentos, sean estatales, autonómicos o locales, denunciando cualquier infracción a la administración correspondiente.

Adicionalmente, como elemento fundamental de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, la Guardia Civil tiene la misión de proteger el libre ejercicio de los derechos y libertades y garantizar la seguridad ciudadana a través de la ejecución de las siguientes funciones genéricas:

Velar por el cumplimiento de las leyes y disposiciones generales, ejecutando las órdenes recibidas de las autoridades competentes dentro de su ámbito de competencia; auxiliar y proteger a las personas, asegurando la conservación y custodia de los bienes en situación de peligro; vigilar y proteger edificios e instalaciones públicas que lo requieran; mantener y, en su caso, restablecer el orden y la seguridad ciudadana; prevenir la comisión de actos delictivos; investigar delitos para identificar y detener a los presuntos culpables, elaborando los informes técnicos y periciales necesarios; recopilar, recibir y analizar información relevante para el orden y la seguridad ciudadana; y colaborar con los Servicios de Protección Civil en situaciones de grave riesgo, catástrofe o calamidad pública.

De estas tareas, conocidas como Servicio Peculiar del Cuerpo, se encargan aproximadamente 46,000 agentes, lo que representa casi el 62% del total del personal.

A las especialidades de todo tipo, es decir, a los servicios responsables del desarrollo de las misiones exclusivas de la Guardia Civil, se dedican unos 25,000 especialistas, un 34%; el resto se emplea en tareas de mando y gestión.

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