BOAM nº 5906 (31/03/2009)
Área de Gobierno de Familia y Servicios Sociales
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Decreto de 24 de marzo de 2009 de la Delegada del Área de Gobierno de Familia y Servicios Sociales por el que se establecen los servicios mínimos para la jornada de huelga del día 25 de marzo de 2009 del personal de escuelas infantiles de gestión directa e indirecta del Ayuntamiento de Madrid y de los profesionales de administración y servicios de los centros de enseñanza pública no universitaria.Vista la convocatoria de huelga del personal de las Escuelas Infantiles de gestión directa o indirecta del Ayuntamiento de Madrid, así como para los profesionales de administración y servicios de todos los centros de enseñanza pública no universitaria, y examinados los siguientes
ANTECEDENTES DE HECHO
Primero.
Mediante escrito presentado el día 13 de marzo de 2009, los representantes de las Organizaciones Sindicales FREM-CCOO, FETE-UGT, CSI-CSIF, STEM y CSIT-UPM, ponen en conocimiento de la Dirección General de Trabajo y Empleo de la Comunidad de Madrid su decisión de convocar una huelga desde las cero horas hasta las veinticuatro horas del día 25 de marzo de 2009 para el personal de las Escuelas Infantiles de titularidad de la Comunidad de Madrid y de las Corporaciones Locales, de gestión directa o indirecta, encontrándose, por tanto, afectadas, las de titularidad del Ayuntamiento de Madrid, así como para los profesionales de administración y servicios de todos los centros de enseñanza pública no universitaria.
Segundo.
Procede que el Ayuntamiento de Madrid dicte los servicios mínimos en relación a las Escuelas Infantiles de su titularidad y los profesionales de administración y servicios de centros de enseñanza pública no universitaria. La presente determinación de servicios mínimos ha sido objeto de negociación con la oportuna representación del Comité de Huelga en reunión celebrada a tal efecto el día 24 de marzo de 2009, sin que haya sido posible alcanzar acuerdo al respecto.
A los anteriores antecedentes de hecho le son de aplicación los siguientes
FUNDAMENTOS DE DERECHO
Primero.
El derecho fundamental a la huelga, reconocido en el artículo 28 de la Constitución Española a todos los trabajadores en defensa de sus intereses, está sujeto a limitaciones y restricciones en su ejercicio, derivadas de su conexión con otras libertades, derechos o bienes constitucionalmente protegidos; de tal forma, el párrafo segundo del artículo 28 dispone que "la Ley que regule el ejercicio de este derecho establecerá las garantías precisas para asegurar el mantenimiento de los servicios esenciales para la comunidad".
La remisión que la Constitución efectúa a la Ley ha de entenderse referida al Real Decreto-Ley 17/1977, de 4 de marzo, de Relaciones de Trabajo, tomando, no obstante, en consideración la Sentencia del Tribunal Constitucional 11/1981, de 8 de abril, que declaró inconstitucionales alguno de sus preceptos.
El artículo 10 del Real Decreto-Ley citado, atribuye a la Autoridad gubernativa la determinación de las medidas necesarias, destinadas a asegurar el funcionamiento de los servicios esenciales.
Segundo.
La doctrina del Tribunal Constitucional sobre el ejercicio del derecho de huelga y sus limitaciones, se resume en los siguientes principios:
Los límites del derecho de huelga derivan no sólo de su posible conexión con otros derechos constitucionales, sino también con otros bienes constitucionalmente tutelados (Sentencia del Tribunal Constitucional 11/1981, fundamentos jurídicos 7º y 9º).
El derecho de huelga cede cuando se ocasiona o se puede ocasionar un mal más grave que el que los huelguistas sufren.
En la medida que la destinataria y acreedora de aquellos servicios esenciales es la comunidad entera y los servicios son al mismo tiempo esenciales para ella, la huelga no puede imponer el sacrificio de los intereses de los destinatarios de los mismos.
El derecho de la comunidad a estas prestaciones vitales es prioritario respecto del derecho de huelga (Sentencia del Tribunal Constitucional 11/1981, de 8 de abril, fundamento jurídico 18).
La noción de "servicios esenciales" hace referencia a la naturaleza de los intereses a cuya satisfacción la prestación se endereza. En consecuencia, ninguna actividad productiva en sí misma puede ser considerada esencial. Solo lo será en aquellos casos en que la satisfacción de los mencionados bienes e intereses exija el mantenimiento del servicio y en la medida y con la intensidad que lo exija, puesto que los servicios esenciales no quedan lesionados o puestos en peligro por cualquier situación de huelga, siendo necesario examinar en cada caso las circunstancias concurrentes en la misma (Sentencia del Tribunal Constitucional 26/1981, de 17 de julio, fundamento jurídico 10).
La decisión de la autoridad gubernativa ha de ofrecer fundamento acerca de la esencialidad del servicio.
En las huelgas que se producen en servicios esenciales para la comunidad debe existir una razonable proporción entre los sacrificios que se impongan a los huelguistas y los que padezcan los usuarios o destinatarios de aquellos. Las medidas han de encaminarse a garantizar los mínimos indispensables para el mantenimiento de los servicios; dicho mantenimiento no puede significar, en principio, el funcionamiento normal del servicio, pero la perturbación del interés de la comunidad por la huelga debe serlo solo hasta extremos razonables.
Y si la huelga ha de mantener una capacidad de presión suficiente como para lograr sus objetivos frente a la empresa, en principio destinataria del conflicto, no debe ser añadida a la misma "la presión adicional del daño innecesario que sufre la propia comunidad" (Sentencia del Tribunal Constitucional 51/1986, de 24 de abril, fundamento jurídico 5), aumentando así a la que se ejerce sobre el empresario, la que se realiza sobre los usuarios de las prestaciones de servicios públicos.
Por ello, en la adopción de las medidas que garanticen el mantenimiento de los servicios esenciales, la autoridad gubernativa ha de ponderar la extensión territorial y personal, la duración prevista y demás circunstancias concurrentes en la huelga, así como las concretas necesidades del servicio y la naturaleza de los derechos o bienes constitucionalmente protegidos sobre los que aquella repercute (Sentencia del Tribunal Constitucional 26/1981, de 17 de julio, fundamentos jurídicos 10 y 15; Sentencia del Tribunal Constitucional 53/1986, de 5 de mayo, fundamento jurídico 3).
Cuando se produce una restricción de derechos fundamentales constitucionalmente garantizados, "la autoridad que realiza el acto debe estar en todo momento en condiciones de ofrecer la justificación" (Sentencia del Tribunal Constitucional 26/1981, fundamento jurídico 16). Por ello, el acto por el cual se determina dicho mantenimiento ha de estar adecuadamente fundamentado y motivado, con objeto de que "los destinatarios conozcan las razones por las cuales su derecho se sacrificó y los intereses a los que se sacrificó" (Sentencia del Tribunal Constitucional 26/1981, fundamento jurídico 14) y de que, en su caso, puedan defenderse ante los órganos judiciales (Sentencia del Tribunal Constitucional 27/1989, fundamento jurídico 4º).
La motivación de la decisión de la autoridad gubernativa requiere que en la misma figuren "los factores o criterios cuya ponderación ha conducido a determinar cuáles son los servicios mínimos", sin que sean suficientes "indicaciones genéricas, aplicables a cualquier conflicto", de las que no es posible deducir cuáles son los elementos valorados por aquella autoridad para "tomar la decisión restrictiva en la forma y con el alcance con que lo ha hecho; cómo se ha llegado a la determinación de los servicios mínimos acordados, y a la valoración de su carácter esencial"; en definitiva han de explicitarse, siquiera sea sucintamente, "los criterios seguidos para fijar el nivel de tales servicios, de forma que por los Tribunales, en su caso y en su momento, se pueda fiscalizar la adecuación de las medidas adoptadas" (Sentencia del Tribunal Constitucional 53/1986, fundamentos jurídicos 6º y 7º; Sentencia del Tribunal Constitucional 26/1981, fundamentos jurídicos 14 y 15; Sentencia del Tribunal Constitucional 51/1986, fundamento jurídico 4º; Sentencia del Tribunal Constitucional 27/1989, fundamentos jurídicos 4º y 5º).