BOAM nº 9644 (03/06/2024)
Ayuntamiento Pleno
1856
Acuerdos de la sesión (4/2024) ordinaria del Pleno celebrada el día 30 de abril de 2024.Todas las castas se diferenciaban en los colores de sus trajes y en la forma de sus patillas y tupés, en sus lazos y redecillas y en los vocablos, canciones y bailes.
El Chotis es el baile madrileño por excelencia, que tiene su origen en la República Checa, donde se bailaba una danza conocida como "Schottisch", término alemán que significa "escocés" y que llega a Madrid en 1850, en época de Isabel II, cuando se pone de moda y con el paso del tiempo los madrileños lo van adaptando a sus costumbres propias y le añaden la música del organillo.
La Federación de Grupos Tradicionales Madrileños nace en 1984, siendo Alcalde E. Tierno Galván y está declarada "de utilidad pública municipal", siempre presente en las Verbenas, Romerías y Fiestas Populares de la Villa, San Isidro, San Antonio de la Florida, San Cayetano, San Lorenzo, la Paloma y la Almudena, así como en Fiestas de los distritos.
Las once asociaciones que componen la Federación promueven el conocimiento de la cultura y de las costumbres del Madrid castizo, goyesco y castellano, con el objetivo de mantenerlas vivas y transmitirlas a las futuras generaciones:
- Asociación "Los Chisperos de Arganzuela".
- Asociación Castiza "De Madriz al cielo".
- Asociación Castiza De Madrid a Móstoles.
- Asociación Madrileña Los Chulapos de Puente de Vallecas.
- Asociación de Madrileños y Amigos Los Castizos.
- Asociación Castiza y Madrileña.
- Asociación Cultural Amigos de Navalcarnero.
- Asociación Cultural "Grupo Folclórico Calderón de la Barca" de Barajas.
- Casa de Madrid en Barcelona.
Muchos artistas le han dedicado canciones a Madrid: Joaquín Sabina, Loquillo y los Trogloditas, Leño, Ana Belén y Víctor Manuel, Ketama, Pereza, Mecano, Barón Rojo o Antonio Flores.
Pero pocas canciones representan mejor la esencia de los madrileños, escrita por un mejicano y desde la distancia, que el Chotis "Madrid" de Agustín Lara, que, sin serlo oficialmente, es el himno de Madrid.
PARTE DISPOSITIVA
El Pleno aprueba:
1. Declarar el chotis y las manifestaciones de la cultura castiza como manifestación cultural de especial relevancia e interés general para la ciudad.
2. Instar al Gobierno de la Comunidad de Madrid a la declaración del chotis como "Bien de Interés Cultural", como lo son ya las Fiestas de San Isidro, paso previo a las gestiones con el Gobierno de la Nación para que lo declare "manifestación representativa del patrimonio cultural inmaterial", como ya es la Zarzuela.
3. Estudiar medidas de apoyo y colaboración con los distintos grupos y asociaciones de promoción, difusión y defensa de las tradiciones castizas.
4. Continuar la labor de promoción y difusión del chotis y otras manifestaciones culturales castizas mediante su presencia en las distintas programaciones culturales promovidas por el Ayuntamiento.
5. Seguir promoviendo el uso del chotis "Madrid, Madrid, Madrid", del mexicano Agustín Lara, como himno oficioso de Madrid".
Punto 35. Aprobar la proposición n.º 20248000403, presentada por el concejal don Francisco Javier Ortega Smith-Molina, portavoz del Grupo Municipal Vox, interesando que el Pleno del Ayuntamiento inste al Gobierno de la Nación a realizar las actuaciones y modificaciones necesarias en relación con los profesionales de la abogacía y la procura que tienen contratado, o que lo han tenido, con la Mutualidad de la Abogacía, Altermutua o la Mutualidad de Procuradores, el sistema de protección social alternativo al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos, en los términos que se indican en la iniciativa.
Siendo el acuerdo adoptado del siguiente tenor literal:
"EXPOSICIÓN DE MOTIVOS
El Ilustre Colegio de la Abogacía de Madrid (en adelante, ICAM) cuenta en la actualidad con 75.500 abogados colegiados, cuya principal misión es la protección de sus intereses corporativos y la de los españoles a los que sirven. Además, garantiza la independencia y los valores fundamentales de la profesión, ofreciendo servicios esenciales para respaldar la eficacia en el ejercicio de sus miembros.
La abogacía madrileña destaca como un punto de referencia crucial en el ámbito legal y legislativo. El Colegio desempeña un papel activo en la prestación de servicios públicos, como el turno de oficio, la asistencia legal a personas detenidas y la orientación jurídica. Además, promueve la solidaridad entre compañeros abogados y respalda el ejercicio de la defensa como un componente esencial tanto en la contribución individual como colectiva a la construcción de un Estado de Derecho sólido.
Así las cosas, el ICAM se remonta a 1596, cuando Su Majestad Felipe II otorgó una Real Cédula el 15 de junio, aprobando las Ordenanzas de la Congregación de Abogados de la Corte. Sin embargo, ya desde la baja Edad Media se evidencian referencias de la Abogacía en Madrid y de los abogados del Concejo de la Villa, siendo notable el Ordenamiento de abogados y procuradores concedido por los Reyes Católicos en 1495.
El establecimiento de Madrid como Capital y Corte del Imperio de los Austrias bajo el reinado de Felipe II, impulsó la necesidad de la mencionada Congregación de Abogados de la Corte, siendo Ascensio López, un personaje portugués cercano a la Princesa Juana de Austria, el principal promotor de esta iniciativa, vinculado a la fundación de las Descalzas Reales.
El Colegio de la Abogacía de Madrid se ubicó en el Colegio Imperial, regulando en sus juntas el examen y juramento de los abogados. Durante la era de los Borbones, se promulgaron los Estatutos de 1732, dando lugar al Montepío en la época de Carlos III, que incluía beneficios como pensiones de viudedad, atención médica y asistencia en casos de fallecimiento. Destacadas figuras como Campomanes y Moñino contribuyeron a su relevancia, así como una amplia gama de profesionales en roles clave dentro del sistema judicial.
En tiempos contemporáneos, los Estatutos de 1838 y la modernización del Colegio bajo el liderazgo del destacado decano Manuel Cortina y Arenzana, entre 1847 y 1878, marcaron hitos significativos. Este período contó con la participación de destacadas figuras políticas y legales que contribuyeron al desarrollo del Colegio a lo largo de los siglos XIX y XX. Maura, por su parte, aprobó los Estatutos de 1895 para todos los Colegios del Reino, basándose en el proyecto redactado por la Junta de Gobierno del Colegio.